Foto tomada de: Cortesía Rogelio Yerena
Arriesgado, emprendedor, visionario, soñador y “más venezolano que la arepa”. Así es Rogelio Yerena, un empresario que llegó hace más de 11 años a tierras colombianas, con la ilusión de conquistarlas con el sabor de su tierra.
En Colombia se abrió camino vendiendo uno de los platos más típicos de Venezuela: la arepa. Rogelio Yerena es un empresario caraqueño que migró a este país el 4 de agosto de 2009. Traía la ilusión de crear un nuevo negocio tras manejar una franquicia de comidas rápidas llamada Dog and Ball, con 20 sucursales, ubicadas en Isla Margarita y Barquisimeto. Migró porque sentía que su seguridad estaba en riesgo, así que cerró la franquicia, y junto con su hijo y esposa, llegó a Bogotá, luego de haber buscado alternativas en Panamá y en Costa Rica.
En 2010 inauguró Budare’s, restaurante de arepas venezolanas el cual tuvo una enorme acogida, pues la comunidad de su país encontró en este local el sabor típico con el que crecieron varios de sus integrantes. El restaurante, además, se ganó un espacio entre los paladares colombianos debido a su original y deliciosa carta. Era apetecida por todo tipo de comensales. La comida, la música, la ambientación, todo estaba diseñado para que Budare’s fuera un rincón de Venezuela pero en Bogotá.
Dos años después, Rogelio se divorció de su esposa quien regresó a Venezuela con su hijo. Pero salió adelante a pesar de esta situación: expandió su negocio y creó empresa en Colombia. Años después se vio obligado a cerrar uno de sus restaurantes, de modo que decidió explorar otras unidades de negocio, como el sector inmobiliario y el de exportaciones e importaciones. Ahora trabaja con la compañía Melenco, una multinacional que importa y exporta productos y proporciona servicios en el manejo de cadenas de suministro. Además de estar a cargo de la unidad de negocio de inmobiliarias y relaciones públicas con constructoras.
¿Cómo fue la experiencia de montar su empresa en Colombia?
Puedo decir que en Colombia es muy sencillo crear una empresa. Estoy muy agradecido con la Cámara de Comercio de Bogotá porque en todo momento recibes apoyo, no solamente para crearla, sino para desarrollarte como empresario. Esta entidad te ofrece herramientas que no te dan en otras ciudades o países, siempre busca la manera de estés en constante aprendizaje y motivación.
Abrir la compañía fue muy fácil, mantenerla es lo difícil. Cuando abrí mi restaurante, el contador me dijo que para llegar al punto de equilibrio necesitas dos años o hasta tres, porque eso es lo normal en Colombia. Pero ningún bolsillo te aguanta todo ese tiempo para llegar a un punto de equilibrio. Sin embargo, al año y medio lo logré, y en ese momento la curva empezó a crecer hacia donde tenía que crecer.
¿Cree que los países pueden crecer gracias al conocimiento y al talento que llega con los migrantes?
Totalmente, y el mejor ejemplo fue Venezuela por muchos años. Fuimos un país multicultural, pues la Primera y Segunda Guerra Mundial llevó a muchos migrantes europeos hacia Venezuela. Fuimos uno de los países más desarrollados de Latinoamérica. Fue el tercer país del mundo de mayor producción de petróleo, con gran infraestructura en autopistas y edificios. Podría darte muchos ejemplos más como las panaderías, que tenían un nivel de desarrollo muy alto por tener dueños portugueses.
Los colombianos también ayudaron mucho al crecimiento de mi país. Los desplazados fueron esenciales para el desarrollo de la economía venezolana, fueron buenos en muchas actividades, en especial la ganadería, en eso eran los mejores. También eran buenos albañiles, zapateros, ayudantes del hogar y empresarios muy exitosos. Nuestra economía creció mucho gracias a los colombianos.
¿Cómo apoyaba a venezolanos y colombianos desde su negocio?
En Venezuela era muy fácil crear empresa y para mí fue muy emotivo construir una aquí. Mis mejores cocineras eran las colombianas, cocinaban espectacular, hubo una señora que duró conmigo siete años. Su asado negro, sus caraotas y su carne desmechada eran únicas.
Foto tomada de: Cortesía Rogelio Yerena
Aunque soy venezolano y tenía un restaurante venezolano, no solo contrataba compatriotas sino que en mi nómina también había muchos colombianos. Era un 50% – 50%, una nómina mixta. En Budare’s mis cocineras siempre fueron colombianas por su deliciosa sazón, y los venezolanos se encargaban de todo lo que era servicio al cliente y atender las mesas.
También creo que he contribuido de muchas formas a Colombia: creando empleos, pagando impuestos, y lo más gratificante, ayudando a muchas personas y algunos desplazados de nuestra Venezuela. Este es un país de oportunidades, y como venezolanos, debemos estar agradecidos por todo lo que hace por nuestra gente.
La mejor manera de retribuirle a Colombia todas las oportunidades que me ha dado, es ofrecer eso mismo a otros venezolanos, para de alguna manera, restarle carga al Estado y a los colombianos.
¿Elegiría nuevamente a Colombia nuevamente como país de destino?
Sí. Le agradezco mucho al Gobierno colombiano todo lo que ha hecho por nosotros, ha entendido que los buenos somos más. Colombia ha sido una gran opción para nosotros y ha tenido sus brazos abiertos para recibirnos. Acá nos han brindado la oportunidad de tener múltiples posibilidades para integrarnos a las dinámicas del país y desarrollarnos en diferentes actividades económicas, oportunidades para volver a iniciar y construir nuestros sueños.
Cuéntenos de las otras iniciativas que lidera para apoyar a sus compatriotas.
Hace más de siete años soy miembro de ASOVENECOL (Asociación Central de Venezolanos en Colombia). Es una asociación sin fines de lucro con la que adelantamos el programa La coalición por Venezuela, que nació con el fin de unir a todas las organizaciones latinoamericanas de venezolanos y tener mayor fuerza ante los organismos internacionales.
Daniel Pagés es el Presidente y yo soy el Vicepresidente, y debajo de nosotros tenemos todo un grupo de trabajo.Tenemos un proyecto a futuro en cooperación con empresa privada para poder entregar mercados a la población venezolana y que los gobiernos municipales no deban cargar con eso, porque sabemos que los recursos son limitados y finitos. Nosotros queremos aportar al Estado colombiano.
Hoy estamos siendo muchos activos en el tema digital, por la pandemia. Pueden buscarnos en nuestra página de Instagram @asovenecol.
¿Cree que juntos podemos ser más grandes?
A Colombia ha llegado mucha gente buena de otros países, que ha venido a construir, a desarrollar, a crear empresa y a contratar. Grandes empresas como Farmatodo, Locatel y Alimentos Polar, empresas muy grandes en Venezuela y que también operan en Colombia, tienen en su nómina una gran mayoría de trabajadores colombianos. Pero también hay pequeños empresarios que tienen una nómina mixta, como fue mi caso.
Los buenos somos más y somos los que vamos a seguir trabajando y generando empleo. Con nuestro aporte hemos ayudado de alguna manera a que el Producto Interno Bruto de Colombia se incremente y es por esto es que seguiremos buscando la manera de producir y contribuir de manera honesta. Porque país podemos construir desde cualquier área, yo arranqué en la culinaria, ahorita estoy en otro campo, pero desde cualquier área es posible.